Saga: Cazadores de Sombras: The Mortal Instruments #4
Autor/ra: Cassandra Clare
Editorial: Destino
Nº de páginas: 416
SINOPSIS
Alguien está dando muerte a los Cazadores de Sombras del círculo
de Valentine, y esas muertes enemistan de nuevo a los Cazadores de Sombras con
los subterráneos. Sólo Simon, ahora convertido en vampiro, podrá evitar el
enfrentamiento. Mientras, Clary y Jace descubrirán un misterio que les llevará
a fortalecer su relación o... a destruirla para siempre.
RESEÑA
Tenía muchas ganas de leerme este libro por cómo acabaron las
cosas en Ciudad de Cristal y por la sinopsis de Ciudad de los Ángeles Caídos.
Al comenzar a leerlo notaba que este libro se centraba más en Simon y que la historia se iba a girar en torno a él, cosa que me parece muy interesante porque en los anteriores libros creo que no se le da importancia que tiene, pero también en la relación de Jace y Clary. Este libro en cierta manera es más adulto que los anteriores porque se centra más en la atracción física de Jace y Clary y problemas más complejos como las consecuencias de nuestros actos o la inmortalidad y lo que conlleva. También se muestran las inseguridades de los adolescentes en su vida amorosa y las inseguridades que tienen los personajes, así como sus miedos.
Los personajes van creciendo y
madurando en cada libro y casi siempre se me olvida que todos rondan entre los
quince y los dieciocho años, no sé por qué.
Mi velocidad de lectura ha sido más
rápida que la de los libros anteriores porque la trama y los giros tan típicos
y sorprendentes de Cassandra Clare me tenían súper enganchada y casi fui
incapaz de soltar el libro hasta que lo terminé, y me volvió a pasar lo mismo
que cuando terminé Ciudad de Cristal pero multiplicado por diez, no quería leer
el segundo libro de Los Orígenes, Príncipe Mecánico sino que quería leer Ciudad
de las Almas Perdidas desesperadamente porque me quedé con la boca abierta y
flipando cuando terminaba Ciudad de los Ángeles Caídos.
En resumen, Ciudad de los Ángeles Caídos es una cuarta parte que
me dejó completamente anonada, ya que creía que las cosas no se podían
complicar más de lo que estaban.
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